Aunque os pueda parecer curioso, la historia de La Trobada no comienza con un hotel, sino con un restaurante. En 1981, mis abuelos -Jaume y Assumpció-, y mi madre -Mercè- con el objetivo de dar salida a la producción propia de las granjas de la familia, construyeron el Restaurante La Trobada. El restaurante se convirtió en un espacio en el que los clientes podían disfrutar de la gastronomía de nuestro territorio.
Mi abuelo era un emprendedor, y siempre tenía ganas de más. Ante el éxito del restaurante, y de la cantidad de personas que nos visitaba, en 1985 decidió construir el primer edificio hotelero: La Trobada Hotel –hoy, el edificio es conocido como La Trobada Hotel Boutique–. Mi familia tenía experiencia en el mundo de la restauración, pero de gestión hotelera deberían ir aprendiendo. ¡Ganas para mejorar y hacer que los huéspedes estuvieran como en casa no faltaban!
En 2020, durante la pandemia, tuvimos que parar. Ante la situación nada favorable que se nos presentaba, nos cuestionamos hacia dónde queríamos ir. No podíamos recibir huéspedes, y el negocio quedó parado. Fue en ese momento que arriesgamos e hicimos la reforma de La Trobada Hotel Boutique. ¡Fue como nuestro renacimiento! Creamos cinco suites temáticas basándonos en cinco elementos de la historia, cultura y entorno de Ripoll: Natura (Naturaleza), Aigua (Agua), Ferro (Hierro), Fusta (Madera) y Piedra (Pedra). Para nosotros tienen un significado muy especial, puesto que es nuestro homenaje a nuestra tierra.
Actualmente, el hotel está gestionado por la tercera generación de mi familia. El edificio se ha ido modificando en función de las necesidades de los huéspedes y de las tendencias, pero hay un elemento que sigue latente en La Trobada: la esencia de familia.
Esperamos que durante tu estancia en La Trobada Hotel te sientas como en casa. ¡Bienvenido/a!